pesar de su participación decisiva
Carecemos de referencias
de las mujeres insurgentes
Las referencias durante la guerra de Independencia se circunscriben a procesos de encarcelamiento, apuntó Rosío Córdova, del IIH-S de la UV
David Sandoval
Las referencias históricas de las mujeres que participaron en la guerra de Independencia contra la Corona española son escasas y erróneas, apuntó Rosío Córdova Plaza, miembro del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV), al señalar el emblemático caso de la esposa del corregidor de Querétaro: doña Josefa Ortiz de Domínguez.
La Corregidora, como todos la conocemos, sufre un proceso de blanqueamiento durante los 70 años posteriores al conflicto, ya que ella era “tornatrás” –como se decía en aquella época a las hijas de español con “albina”, que a su vez refiere a la hija de español con “morisca”–, y “en ningún lado se dice que doña Josefa tenía sangre negra o que no se casó hasta un año después de tener el primer hijo con don Miguel”, comentó Córdova Plaza.
Esta idea de que las normas coloniales eran muy estrictas queda en entredicho al evidenciar que los matrimonios consensuales ocurrían por miles; “lo interesantísimo es que la Corregidora en realidad no se convierte en heroína nacional sino hasta 1878, ya que primero es denominada la ‘Ana Bolena mexicana’ porque elabora intrigas contra la Corona española”.
La figura que nos ha presentado la historia es de una mujer activa únicamente en un plano muy femenino, cuando tuvo, según las fuentes, entre 14 y 15 hijos, estuvo en prisión pero también era organizadora de tertulias, era conspiradora pero nunca tomó las armas ni comandó batallones como muchas otras mujeres, de ellas se sabe muy poco, solamente se registra cuando fueron procesadas por la ley.
Los cargos de los cuales se les acusa son por infidentes, espías, levantarse en armas o ser amantes de alguien perteneciente a la insurgencia, e incluso como esposas, ya que eran capturadas para posteriormente solicitar el indulto y el perdón para sus maridos, detalló la investigadora.
En el mismo plano que la Corregidora tenemos a Leona Vicario, quien es considerada como la suma representativa del patriotismo “porque ella no solamente dio su fortuna sino que era joven, bella, rica y cultísima, pero curiosamente ella no es la Madre de la patria en esos términos del simbolismo histórico, que califican a Miguel Hidalgo como el Padre de la patria”.
Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín fue otra de las mujeres que estuvo en prisión al participar activamente con el movimiento insurgente, pero ellas tres –las más conocidas– tienen como rasgo característico pertenecer a clases hegemónicas al estar casadas con españoles, con criollos, o ser ellas mismas denominadas como criollas.
"Cuando estaba trabajando los fundamentos epistemológicos del género, es decir, cómo somos capaces de conocer el género y diferenciarlo, me topé con el tema de la historia contributiva y empecé a hacer una crítica respecto al tema”, declaró Rosío Córdova y fue entonces que entró en colaboración con otro investigador del IIH-S, Juan Ortiz Escamilla, quien fue designado como uno de los coordinadores del libro Derechos del hombre en México durante la guerra civil de 1810 por encargo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
En dicha publicación le ofrecieron a Rosío Córdova redactar el capítulo referente a las mujeres, “entonces me puse a investigar y me di cuenta que lo único que hay son menciones de mujeres”; el capítulo trató de ser exhaustivo y tuvo un buen recibimiento, por lo cual decidió participar en una convocatoria de la LX Legislatura del Senado de la República al mejor ensayo histórico en el tema de mujeres insurgentes, donde obtuvo el primer lugar con “Por no haber una muger que no sea una berdadera insurgenta. Hacia una historia de la participación femenina en la guerra de Independencia”.
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